Arbalesta

Una arbalesta con mecanismo de tensado de cabrestante.

La arbalesta (también arbalista y, en ocasiones, arbalesto) fue una versión posterior a la ballesta medieval europea. Era un arma más voluminosa que la ballesta, con las palas de acero. Dado que la arbalesta era mucho más grande que las tempranas ballestas, y debido al mayor límite de elasticidad del acero, poseía una mayor fuerza. La poderosa polea de torsión de las arbalestas podía ejercer una fuerza de hasta 22 kN y tener una precisión de unos 500 m. Un experto arbalestero podía disparar dos virotes por minuto. Las arbalestas eran a veces consideradas armas inhumanas o injustas, puesto que un ballestero inexperto podía dar muerte a un caballero que había dedicado toda su vida a su entrenamiento.

Esto condujo a la disposición del canon 29 del Segundo Concilio de Letrán en 1139, que según la traducción de Alberigo de los Conciliorum oecumenicorum decreta (Decretos de los Consejos Ecuménicos) indica que: «Prohibimos en adelante, bajo pena de excomunión, el empleo contra cristianos y católicos de ese arte mortal, tan odioso a Dios, de los ballesteros y arqueros». Obsérvese que el anatema era solo válido en el uso de estas armas contra «cristianos y católicos».


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